viernes, 20 de junio de 2014

Hábitos de estudio

Hábitos de estudio


Los hábitos de estudio son el mejor y más potente predictor del éxito académico, mucho más que el nivel de inteligencia o de memoria. Conocer y entrenarse en hábitos de estudio que potencien y faciliten la habilidad para aprender, son pasos clave para sacar el máximo provecho y conseguir el mejor rendimiento en los años de formación académica.
 Tanto los hábitos como las actitudes tienden a estar encerrados en el método de estudio que posee cada persona. Así, entendemos el hábito como la facilidad adquirida para su ejecución mediante el entrenamiento en las diversas actividades que implica.

§  PLANIFICACIÓN                 
Como cualquier actividad humana, el estudio debe someterse a los principios de racionalidad y economía; es decir, conseguir el máximo rendimiento invirtiendo el mínimo esfuerzo. Tenemos la necesidad de elaborar y desarrollar hábitos en esta actividad tan necesaria y decisiva.
La organización es fundamental para la realización de cualquier trabajo, ya sea de estudio o de otro tipo.

Ventajas de la planificación.
• El estudiante sólo necesita adaptar el plan de trabajo y procurar llevarlo a cabo, rompiendo con la indecisión de cada momento, la improvisación o el pasar de una actividad a otra sin control.
• Condiciona a un trabajo diario, que favorece la creación del hábito y la concentración.
• Por tratarse de algo personal, el alumno o alumna ajustará su tiempo a sus circunstancias y a las distintas áreas de aprendizaje.
• Resulta el estudio más llevadero, agradable y eficaz, con una menor fatiga mental, evitando la acumulación de trabajo en el último momento.
• Permite analizar el nivel de cumplimiento del plan y su rectificación si se considerase necesaria.
Cómo ha de ser la planificación.
• Personal: tiene que ser algo propio, elaborado por el alumno/a. Ni todos los estudiantes necesitan dedicar a estudiar la misma cantidad de tiempo, ni todos pueden permanecer sentados ante el libro por igual espacio de tiempo.
• Sencilla y Realista: lo importante de una planificación es que resulte útil; de poco serviría una atractiva planificación si fuese imposible llevarla a la práctica. La planificación tiene que estar adaptada a las posibilidades y limitaciones personales, tiempo disponible, dificultad de los aprendizajes, objetivos a lograr, condiciones familiares, etc. Asimismo, debe ser algo sencillo, que entre por los ojos y se perciba de un golpe de vista.
• Flexible: que una programación sea flexible no significa que pueda alterarse o incumplirse constantemente. La flexibilidad se entenderá en el sentido de poder contar con un tiempo de reserva para, ante situaciones o acontecimientos imprevistos, evitar el incumplimiento de la programación.
• Rectificable: cuando se llegue a comprobar que la planificación no es ajustada a la realidad, hay que efectuar los ajustes pertinentes hasta lograr que se convierta en una herramienta que sirva de orientación en todo momento. Resulta comprensible que el alumno/a, hasta que adquiera cierta práctica cometa importantes errores de cálculo en conjugar tiempo y aprendizaje con las posibilidades personales.
• Escrita: el escribir la planificación tiene varias ventajas; se clarifican las ideas, ayuda a fijarla en la mente, permite colocarla a la vista, cerca de la mesa de estudio, refuerza el compromiso personal de llevarla a cabo.
Una forma concreta de llevar a cabo mis objetivos y crearme un hábito de trabajo es planificar mi tiempo de estudio de forma que me dé confianza y seguridad en mí mismo. Además, mi planificación me ahorrará tiempo y esfuerzo, a la vez que me dará una visión global del quehacer.
Para ello debo tener en cuenta:

• Estudiar todos los días el mismo tiempo y, a ser posible, a la misma hora.
• Buscar las horas de estudio donde mi rendimiento sea más alto.
• No trasnochar ni madrugar excesivamente.
• Poner el orden de estudio de cada materia de acuerdo con mi propia curva de trabajo (nivel de concentración).
• Distribuir el tiempo de estudio para cada materia de acuerdo con el grado de dificultad y exigencia personal.
• Estudiar en varios periodos seguidos, intercalando pequeños descansos después de cada periodo.
• Concretar qué tengo que estudiar en cada periodo. Una vez realizado mi tiempo de estudio debo seguirlo y revisarlo periódicamente a fin de introducir las correcciones necesarias. También debo ser constante y no desanimarme si en los primeros días no consigo cumplirlo totalmente.

“Si cumplo mi horario de estudio conseguiré avanzar más, sentirme más seguro y más capaz.”

Joulis Rodríguez
C.I: 23.597.241

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