La inteligencia es la capacidad de relacionar conocimientos
que poseemos para resolver una determinada situación. La inteligencia consiste
en pensar, entender, asimilar, elaborar información y utilizarla para resolver
problemas.
Tipos
de inteligencia
Inteligencia lingüística: Es considerada, una
de las más importantes. En general se utilizan ambos hemisferios y es la que
caracteriza a los escritores y todos los escritores que se dedican a los medios
impresos.
Inteligencia musical:Conocida comúnmente como
"buen oído", es el talento que tienen los músicos, los cantantes y
los bailarines.
La fuerza de esta inteligencia innata varía de una
persona a otra. Pero por fuerte que sea su inteligencia musical, necesita ser
estimulada y configurada para desarrollar todo su potencial, ya sea par tocar
un instrumento o para escuchar una melodía con sensibilidad. Este tipo de
inteligencia surge a menudo muy pronto y de modo natural en los individuos
dotados para ello.
Inteligencia lógica matemática:Considerada hace poco en
occidente como una de las "únicas inteligencias". Quienes pertenecen
a este grupo hacen uso del hemisferio lógico del cerebro y pueden dedicarse a
las ciencias exactas. De los tipos de inteligencia este es el más cercano al
concepto tradicional de inteligencia.
En algunas llamadas sociedades primitivas, la lógica,
las matemáticas y la ciencia no parecen ser primera vista fundamentales para la
cultura. Este ámbito de la inteligencia se emplea de formas diferentes:
regatear y comerciar, formular calendarios para medir el tiempo y estimar con
exactitud cantidades y distancias depende de la inteligencia lógico-matemática,
ejemplo esta que los mejores pensadores lógicos - matemática fueron: Galileo Galilei e Isaac
Newton.
Inteligencia espacial: La tienen los que
pueden hacer un modelo mental en tres dimensiones del mundo (o un fragmento de
él, según la situación). Esta inteligencia la comparten oficios tan diversos
como la ingeniería, la cirugía, la escultura, la marina, la arquitectura, el
diseño y la decoración.
Inteligencia corporal - kinestésica: Los kinestésícos tienen la
capacidad de utilizar su cuerpo para resolver problemas o realizar actividades.
En este campo están los deportistas, los cirujanos y los bailarines. Una
aptitud natural de este tipo de inteligencia se manifiesta a menudo desde niño;
un ingeniero de éxito recuerda que se convirtió en ingeniero a la edad de
cuatro años. Cuando empezó a desmotar objetos del hogar cuando sus padres no le
miraban.
Inteligencia emocional: Es la
capacidad humana para resolver problemas relacionados con las emociones. Y
aunque parezca que este tipo de inteligencia es poco importante, se ha
demostrado que es igualmente válida para tomar decisiones ya que en estos
momentos, los sentimientos y cómo nos sentimos tienen mucho que ver a la hora
de elegir. La inteligencia emocional es un complemento indispensable en la
relación con sí mismo y con los demás..
Inteligencia intrapersonal: Esta nos permite formar una
imagen veraz y precisa de nosotros mismos; nos permite poder entender nuestras
necesidades y características, así como nuestras cualidades y defectos sin
maximizarlos o minimizarlos. Y aunque se dice que nuestros sentimientos sí
deben ayudar a guiar nuestras decisiones, debe existir un límite en la
expresión de estos. Este tipo de inteligencia es funcional para cualquier área
de nuestra vida.
Inteligencia interpersonal: Se basa en la capacidad de
manejar relaciones humanas y la empatia con la que nos "ponemos los
zapatos del otro" y reconocemos sus motivaciones, razones y
emociones.
Inteligencia naturalista: La utilizamos al
observar y estudiar la naturaleza. Los biológicos y herbolarios son quienes más
la han desarrollado.
Todos tenemos los 9 tipos de inteligencia, pero
desarrollamos unas o otras dependiendo de factores como la educación, la
familia y el entorno. No importa cuál sea la actividad que vayamos a
desarrollar, pues necesitamos algunas combinaciones según sea el caso.
Hoy, debido a la complejidad del mundo, los niños
parecen estar mucho más listos para resolver problemas de toda índole. Por eso,
aunque es importante que conozcas los talentos y aptitudes de tu hijo, también
lo es que trates de incentivar su capacidad para desenvolverse correctamente en
cualquier ámbito, así cuando ingrese a la escuela y a la universidad, no sólo
será capaz de obtener buenas notas sino también de ser feliz.
Memorización
Es el sistema de recordar lo que hemos
aprendido. Hay que distinguirlo del "memorismo" que es intentar
recordar, pero sin haberlo asimilado.
La memoria como tal no existe. Es un
conjunto de funciones que realizan la tarea de:
- Percibir.
- Contrastar o experimentar.
- Reconocer, repasar, etc.
- Comprender.
El proceso de
la memoria se divide en tres fases: codificación,
almacenaje y recuperación. Para almacenar la información por mas tiempo,
se deben seguir las siguiente recomendaciones
1. Atención. La
mayoría de los ‘lapsus de memoria’ se deben en realidad a la falta de atención.
Cuando sea posible, tome apuntes. La ventaja de las notas es que, además de que
sirven para fijar la mente en un asunto, pueden repasarse más tarde.
2. Interés. Interésese en el tema y recuérdese las
razones por las que debe asimilarlo. Como seguramente sabrá por experiencia
propia, la memoria recibe mayores
estímulos si hay sentimientos en juego.
3. Comprensión. Si
no entendemos un concepto, nos cuesta más recordarlo. Con la comprensión se
establecen relaciones entre las diversas partes de un concepto y se unen hasta
formar un todo lógico. Por ejemplo, si un alumno de mecánica automotriz
comprende cómo funciona un motor, recordará mejor las partes que lo forman.
4. Organización. Deben
clasificarse los conceptos similares (una lista de la compra se puede dividir
en carnes, frutas, verduras, etc.). Además, hay que agrupar la información en
bloques de no más de cinco a siete elementos (los números telefónicos pueden
dividirse de dos en dos). También es útil ordenar los elementos de algún modo,
quizás alfabéticamente.
5. Repetición verbal.
Supongamos que estamos aprendiendo otro idioma. Pronunciar una palabra nos
obliga a fijarnos en cómo se dice. Recibir alguna corrección de parte de un
profesor y escuchar y repetir la palabra de nuevo hará que se nos grabe, puesto
que se ponen en marcha otros mecanismos de nuestro cerebro. En resumen, repetir
en voz alta lo que deseamos recordar fortalece las conexiones neuronales.
6. Visualización. También
puede ser provechoso dibujar, esquematizar o formarse una imagen mental de lo
que se pretende recordar. Como la repetición verbal, la visualización activa
varias partes del cerebro. Cuantos más sentidos usemos, mejor se grabarán los
datos.
7. Asociación. Cuando
aprendemos algo nuevo, hay que asociarlo con lo que ya sabemos. Si vinculamos
las nuevas ideas con los recuerdos almacenados, se nos hará más fácil codificar
y recuperar la información, pues la asociación nos servirá de pista. Por
ejemplo, para recordar el nombre de alguien, podemos relacionarlo con
determinado rasgo de su apariencia o con cualquier otra cosa que se nos ocurra.
Cuanto más absurda y graciosa sea la asociación, más fácil será recordarlo. En
resumidas cuentas, debemos pensar en
las personas y las cosas que deseamos recordar.
8. Consolidación. Debemos
permitir tiempo para que se procese la información, para que nos cale hondo,
por así decirlo. Uno de los mejores métodos es repasar lo que se aprende,
quizás explicándoselo a otra persona. Por eso, si usted ha tenido una buena
experiencia o ha leído algo animador, cuénteselo a alguien. Así, ambos se
beneficiarán: usted lo grabará en su memoria, y la persona que le escucha
recibirá ánimo. Con razón se ha dicho que la repetición es la madre de la
retención.
ROSSY FERMIN
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